El último apaga la luz
Exhibición colectiva
09/12/2021

Las obras que componen esta exposición tienen diversas tonalidades; y ahí reside su encanto. Pero si nos arriesgamos a encontrar el punto de unión en su gran variedad podríamos decir que todas ellas -de manera directa o indirecta- invitan al espectador a re-pensar la espacialidad, inducen a redimensionar conceptos como campo visual, plano, profundidad y el tiempo de la obra. 

Cada pieza ocupa un lugar específico, y a su vez, entra en relación con la obra más cercana y con el resto del corpus. Como efecto dominó, las obras empiezan a transformarse y resignificarse al entrar en contacto, se potencian y enriquecen. De esta forma, la sala se transforma en una suerte de marco de referencia que las contiene, o mejor dicho, un lugar que nos hace reflexionar sobre nuestro ser y estar en este mundo, sobre nuestro propio espacio y tiempo. 

Es sabido que la preocupación por el espacio constituye el componente vital de las artes visuales. Esta preocupación se evidencia en los cambios significativos que a través de la historia del arte los creadores han aportado en función de sus experimentaciones e ideas, conjugadas con los recursos expresivos, con los materiales y las técnicas que cada época implementa. En esta exposición. cada artista trabaja desde una materialidad y una estética propia, que a su vez cita y hace referencia a un contexto cultural en el que se encuentra inserto posibilitando al espectador ponerlos en relación. 

Nicanor Parra, gran poeta chileno que inspiró el título de esta exposición, decía que cada día escribía como si al día siguiente fuera a ser electrocutado. En la selección del corpus cada pieza representa un momento particular del artista, una búsqueda, una duda que necesita ser resuelta o simplemente la necesidad de homenajear a otro artista, o de capturar el instante, lo efímero y sutil de lo cotidiano, un  deseo de concreción previo a la nada o al todo.


El último apaga la luz, nos obliga a movernos todo el tiempo en distintas direcciones; y es quizás en dicho movimiento, en dicho andar, que podamos volver a encontrar un hábitat que nos contenga entre tanta incertidumbre: ya que en última instancia las únicas técnicas que pueden ayudarnos a sobrepasar este contexto medio desolador, son las que inventamos nosotros mismos. 

Irene Gelfman

Diciembre,  2021

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