Carla Gimbatti y Natalia Abot Glenz, crearon en de-formas, códigos espa-
ciales para que el espectador decodifique a medida que recorre el espacio
expositivo. La diversidad de los materiales y de las formas escultóricas ex-
puestas invitan a comprender que somos una masa, un cuerpo tridimensional
en un espacio. Sin embargo, la clave y la riqueza de la propuesta es entender
que el espacio puede no ser un lugar real o lógico dentro del cual las cosas
están ubicadas, sino un ambiente en donde la posición de los objetos es
posible, y que nuestra relación con lo circundante tiene el poder de alterar
nuestra percepción.
En de-formas, las artistas trabajan con diversos materiales creando escultur-
as que invitan a pensar cuál es la relación que establece un cuerpo orgánico
con la idea de movimiento, a cuestionarnos si hay un orden intrínseco en los
objetos y cuál es la relación existente entre la naturaleza y los humanos.
Natalia Abot Glenz abordó el universo del movimiento a temprana edad a
partir de la danza. Esto le permitió comprender la espacialidad desde su pro-
pia corporalidad, gesto que traslada a sus esculturas de diferente formato y
materialidades. Su maestría corporal y su lenguaje parecen no tener límites.
Una de las características más interesantes de su trabajo, es cómo logra
a partir de su habilidad plástica, transformar materiales de procedencia in-
dustrial (sólidos, pesados y robustos) en obras con movimiento constante,
livianas y etéreas.
Por su lado, Carla Gimbatti presenta Cuerpos Magnéticos, una serie que nace
de interrogar la relación que existe entre la naturaleza y nuestros cuerpos. In-
fluenciada por diversos paisajes, la presencia de sus esculturas en sala crea
visiones de rocas, huesos, estructuras con flexibilidad, atracciones, espacios,
vacíos, luces, sombras, movimientos y quietud. Cuerpos Magnéticos es una
obra dinámica donde cada pieza refleja la individualidad del objeto; y a su
vez cambia la percepción cuando entran en relación con las demás. La obra
nunca es la misma, dependiendo el espacio en el que se encuentre se adapta
y re-configura, se decodifica.
En ambos casos, la luz, es un componente esencial de sus trabajos, a partir
de un juego de luces y sombras, sus obras adquieren una dimensión espacial
y temporal única.
De-formas, resalta una de las principales características de la escultura: el
gesto de trabajar con diversos materiales expandidos en el espacio físico del
espectador. Las artistas tienen la habilidad de experimentar con materiales
poco convencionales que dan una impresión de liviandad y buscan un punto
de contacto con el observador donde a partir de la metáfora de lo formal es
posible reflexionar y decodificar su propia presencia física en un aquí y un
ahora.
Irene Gelfman
Buenos Aires, 25 de Abril 2022